Ellas vinieron a mí. Estaba en una terraza tomándome una caña después de la pateada por el pueblo y de repente me preguntaron cómo se escribía “chirimoya”. Habían comprado una en el mercado necesitaban ayuda para que el nombre del fruto formara parte de su pintarrajeada libreta de viaje. A partir de ese momento, por su simpatía y curiosidad por todo, se convirtieron en objeto de mi atención periodística y antropológica. Y tuve que volver a sacar la grabadora, claro. Gracias a ellas tuvimos unos cortes de voz geniales para el programa, de hecho es uno de estos dos cracks quien da la entrada al programa diciendo nuestro nombre: El turismo es un gran invento. Espero que hayan tenido un buen viaje de vuelta a Francia e Irlanda. Muchas gracias, chicas.
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