Una porque le encantan los juguetes y la otra porque apenas los ha tenido en su vida. El resultado: fascinación total en Playmobil. Cuando nos íbamos, y lejos de los ojos de Carlos Cases, coordinador de marketing de la empresa, nos permitimos dar rienda suelta a nuestras fantasías… Este apuesto piloto a tamaño casi natural que recibe y despide a las visitas en las instalaciones no se iba a quedar sin nuestras atenciones. Ya sé que es pueril y que si nos hubieran visto nuestras caras estarían desde entonces en el suelo por la vergüenza…pero, ¿qué diablos?
Amor por Playmobil
Posteado en en martes, 9 de febrero de 2010 15:10 por El turismo es un gran invento
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